viernes, 11 de septiembre de 2020

LA CAVERNA

Aseguras tener todo bajo control, burda apreciación, ni idea tienes de lo que estás haciendo de mí.

Llévate todo, empezando por esa sonrisita sibilina; espurio sentimiento, pero... juro que no habrá nada ni nadie  quien te recuerde como yo. ¿Es tan poco lo vivido para ti?, puede ser, algún día un Dios me hará justicia.

Será posible, no has de merecer ni siquiera la mirada desdeñosa de parásito alguno, ¿ lo soy acaso?...no lo vales. Jamás importaste tanto como a este mamarracho llamado ser humano, porque eso has hecho de mí, un mamarracho en la Tierra más amarga que yo haya habitado.

Ningún planeta morado me desgarró en la introspección más humillante como lo haces tú. No quiero que sigas intentando explicar lo inobjetable, suficiente para estos días tristísimos; has teñido mis esperanzas de la peor forma que haya imaginado. Solo pido que sobrevivas para ver tu risa en su máxima expresión por lo que conseguiste hacer de mí.

Retorna, muestra tu rostro, sal del escondite; espero entre la maleza, aquí estaré cuando decidas acabarme. Jamás te guardé indiferencia, pese a que motivos diste en reiteradas ocasiones, debes entender, yo no tenía nada que perder, aunque; sí, yo te perdí.

Ahora estoy en mi caverna, es posible me niegue a salir cuando te plazca, admito la incomodidad del lugar, permite imaginar lugares de ensueño; puedo sentir el goce de la ternura en sí misma, evoco cuan distinto es al no albergar las emociones que has despertado.

Algunas horas atrás, la furia y desolación carcomían la estructura que me viste, hago poco para arder en esta llama. Tu Dios perdone mi insensatez, pero que le puedo hacer, soy una masa llamada a sobrevivir entre el manto del dolor. ¿ No es acaso una verdad de perogrullo  que voy a intentar dialogar contigo si mi única motivación es destruirte con tan solo mirarte?

Aunque ahora solo me valgo de la voz, retunda en mi cabeza; paredes rocosas, hermosas por la oscuridad, veo, huelo, siento...soy yo. Tú eres incapaz de conmoverte frente a lo que llamas, banalidades de aquellos que creen que es para siempre.

Por supuesto, siempre repetías esa frase, no solo yo estaba al tanto de ello; el resto calla porque revolotean alrededor, complacidos del desprecio y abandono al que te relegaron. Lisonjas has pedido de continuo, no me digas que no, porque cada negativa no hace más que provocar nauseas por la deslealtad que ha crecido en tu estómago. Fíjate bien, está creciendo, empieza en la nada, ya lleva algunos años perforando tu carne: imperceptible.

Pero... ya es un antes, ahora es ínfimo espacio, se transformó en la única motivación que me impulsa a estar aquí. Llevo seis días y cuatro... Maldición, cuatro noches que no consigo adentrarme en el refugio del sueño, quizá saberlo te vanaglorie por lo que eres capaz de generar. Hasta cuando puedes permitirte flagelar tus sentidos sin que los otros lo denoten, no por mucho tiempo del que tú me diste, supongo.

Doy por sentado, casi todo lo he perdido a causa tuya, pero es precisamente ese casi, el que me hace presagiar la victoria.

El día llegará, tengo la posibilidad de dormir acariciando tus mejillas, mientras te veo por última vez sollozar...



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar

Entrada destacada

PEQUEÑOS MALESTARES LLAMADOS POESÍA II

  T.A.D.M.L Creciendo... cual raíz en tu carne. Naciendo en tu sangre enjuago la miseria humana entre sábanas acurrucando nuestras pieles. C...