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domingo, 20 de septiembre de 2020

EL CADÁVER EQUIVOCADO

 

No hay más certeza que ya no es él, solo el cosmo, organismo gravitando dentro de una caja rectangular ornamentada con relieves añadidos en forma de lanza; asideros barnizados de bronce, en el interior un forrado de algodón pima, relleno de hojas bambú secadas al sereno con gotitas de loxat, tal cual imitan algunos planetas morados. 

Fluidos discurren en el vértice derecho, cerca de los zapatos que se hallan en la misma dirección; debido al desnivel de la tierra el cuerpo se inclina ligeramente, mientras un polvillo se cierne sobre el cabello brilloso untado de vaselina, mezcla de grasa filtrada de pieles manatí, aromatizadas con el primer rocío de capullos girasol.

La tarde se torna anaranjada, hojitas bailando con el viento, bálsamo de silencio, ausencia de luz; cielo destelloso cual luciérnaga gigante. La cabeza debe reposar recta sobre el almidonado cojín, la vida es un señuelo, una pequeña muestra del dolor omnisciente de la muerte; escribió en las tres paredes de la habitación, seis días antes que sus plegarias se concreticen... se convirtió en un cadáver.

Lo consiguió después de varios altibajos, a veces sí, otras no, aunque jamás renunció al deseo que por antonomasia le pertenecía; callar un corazón cansado, dormir sin temor a nada, ello implica no saber absolutamente nada de la infame vida: es una farsa.

En vida descubrió ser creación de la muerte, soñó que una aureola violácea le arrastraba por áridos pasajes, rocas grisáceas como la plata, mientras dormía empachado de comidas grasientas. Más allá de sus elucubraciones, el dormir sin límites profanando la propia existencia se había convertido en prioridad.
Podía pasar horas, absorto imaginando cómo será no tener que preocuparse por cualquier bagatela, incluso los menesteres fisiológicos, después de todo, ser dueño de su vida es un anhelo que nunca le sedujo.

Le crecieron la pestañas durante los días previos al entierro, no se tuvo que utilizar conservantes tóxicos, lucía impecable, ni el revoloteo de insectos podía alterar la paz de un cuerpo rígido y al mismo tiempo relajado. La muerte era digna de ser agradecida entre la apacibilidad de un estado de reparación perpetua.

Manchas de color venoso oscuro surcaban su rostro con voracidad hasta copar el cuero cabelludo, la presencia de larvas borboteando en cada resquicio del cuerpo, no desdibujaba la satisfacción del silencio redimido en aquellos ojos intrigantes de felicidad que alguna vez conocieron el desvelo de tener un corazón latiendo.
Comunión deslumbrante, remanso placentero, parpadeo de la soledad; musitar del desprecio por el ruido, edén  de la espiritualidad, éxtasis por dejar atrás los sentidos que abigarran la vida. Máxima placidez por el deseo añorado, gesto de esplendorosa plenitud, le da la bienvenida a la estancia infinita del descanso eterno.
De pronto, un movimiento sacude el cadáver que empieza a transitar el sexto día de haber sido enterrado. El sosiego, la calma de un deseo de quietud infinita se ha perturbado, ni la vejiga y las tripas terminan de vaciarse; el cadáver todavía permanece hinchado cuando las sacudidas se hicieron cada vez más bruscas.
El féretro quedó expuesto a la superficie, el viento pasó de sereno a furioso, cada vez más intenso, hasta romper el cielo en llanto de agua putrefacta; recios algarrobos entrelazaban sus ramas del susto.

A duras penas abrieron el cajón antes de subirlo a la carroza fúnebre. Está conforme, se trata de él - se oyó decir. De inmediato, el rostro del cadáver dejó atrás la felicidad del ansiado reposo, transformándose en la amargura visceral del más allá.



 

viernes, 11 de septiembre de 2020

LA CAVERNA

Aseguras tener todo bajo control, burda apreciación, ni idea tienes de lo que estás haciendo de mí.

Llévate todo, empezando por esa sonrisita sibilina; espurio sentimiento, pero... juro que no habrá nada ni nadie  quien te recuerde como yo. ¿Es tan poco lo vivido para ti?, puede ser, algún día un Dios me hará justicia.

Será posible, no has de merecer ni siquiera la mirada desdeñosa de parásito alguno, ¿ lo soy acaso?...no lo vales. Jamás importaste tanto como a este mamarracho llamado ser humano, porque eso has hecho de mí, un mamarracho en la Tierra más amarga que yo haya habitado.

Ningún planeta morado me desgarró en la introspección más humillante como lo haces tú. No quiero que sigas intentando explicar lo inobjetable, suficiente para estos días tristísimos; has teñido mis esperanzas de la peor forma que haya imaginado. Solo pido que sobrevivas para ver tu risa en su máxima expresión por lo que conseguiste hacer de mí.

Retorna, muestra tu rostro, sal del escondite; espero entre la maleza, aquí estaré cuando decidas acabarme. Jamás te guardé indiferencia, pese a que motivos diste en reiteradas ocasiones, debes entender, yo no tenía nada que perder, aunque; sí, yo te perdí.

Ahora estoy en mi caverna, es posible me niegue a salir cuando te plazca, admito la incomodidad del lugar, permite imaginar lugares de ensueño; puedo sentir el goce de la ternura en sí misma, evoco cuan distinto es al no albergar las emociones que has despertado.

Algunas horas atrás, la furia y desolación carcomían la estructura que me viste, hago poco para arder en esta llama. Tu Dios perdone mi insensatez, pero que le puedo hacer, soy una masa llamada a sobrevivir entre el manto del dolor. ¿ No es acaso una verdad de perogrullo  que voy a intentar dialogar contigo si mi única motivación es destruirte con tan solo mirarte?

Aunque ahora solo me valgo de la voz, retunda en mi cabeza; paredes rocosas, hermosas por la oscuridad, veo, huelo, siento...soy yo. Tú eres incapaz de conmoverte frente a lo que llamas, banalidades de aquellos que creen que es para siempre.

Por supuesto, siempre repetías esa frase, no solo yo estaba al tanto de ello; el resto calla porque revolotean alrededor, complacidos del desprecio y abandono al que te relegaron. Lisonjas has pedido de continuo, no me digas que no, porque cada negativa no hace más que provocar nauseas por la deslealtad que ha crecido en tu estómago. Fíjate bien, está creciendo, empieza en la nada, ya lleva algunos años perforando tu carne: imperceptible.

Pero... ya es un antes, ahora es ínfimo espacio, se transformó en la única motivación que me impulsa a estar aquí. Llevo seis días y cuatro... Maldición, cuatro noches que no consigo adentrarme en el refugio del sueño, quizá saberlo te vanaglorie por lo que eres capaz de generar. Hasta cuando puedes permitirte flagelar tus sentidos sin que los otros lo denoten, no por mucho tiempo del que tú me diste, supongo.

Doy por sentado, casi todo lo he perdido a causa tuya, pero es precisamente ese casi, el que me hace presagiar la victoria.

El día llegará, tengo la posibilidad de dormir acariciando tus mejillas, mientras te veo por última vez sollozar...



lunes, 31 de agosto de 2020

EL CRONOPATA

Tiempos muertos, ¡desperdicio...qué desolación en esta vida!, habiendo tanto por hacer, me produce resquemor que sigan muy apoltronados sin atinar siquiera, mover un pie. Es domingo, sí claro, hay que descansar, por supuesto; no hay nada mejor que el fin de semana, así es. Es la manera cómo disfrutan que se les responda. No estoy para esas banalidades fatuas. 

El tío Ocsicnarf, se podía pasar el día sumergido en reflexiones a voz alta, me temo que no podía evitarlo, desde mi edad más tierna, lo recuerdo así. Nunca descansa, salvo para dormir;¡ah! cuando de las tres comidas se trata, continúa con sus monólogos; eso sí, todo relacionado a aprovechar el tiempo. Él vive con nosotros, mejor dicho, nosotros vivimos con él, le agobia el tiempo libre.
 

Es extraño, mi cabeza está fofa, estos mareos inoportunos, como si no tuviese nada que hacer para estar yendo al médico. Aíram, por favor, debo ir al consultorio, ¿puedes darme el número de tu médico?. Llevo tres benditos días medio zumbado de la cabeza, no me hace gracia esta situación.

Al retornar a casa, su semblante distaba mucho del que tuvo antes de marcharse.
Me parecía ver a un tío Ocsicnarf con los ojos caídos, semejantes a bobby, nuestro coker spaniel; su cabeza se sostenía a duras penas por el cuello, que también había cedido frente a la tristeza. 

Qué desgracia, tengo que reconocer que esta vida no es justa. El médico me ha enviado a descansar...Textualmente me ha dicho: frena. No estoy satisfecho con ese diagnóstico estúpido, tal pareciera que se han puesto de acuerdo para atormentar mi ritmo de trabajo.
Cómo es posible que diga: vete a descansar. No resiste lógica,¿ acaso no se descansa al dormir? 

He notado que no se ha pagado los recibos de servicio, realizar ese trámite no demanda nada de tiempo, tampoco se ha concluido con la limpieza del jardín, y no solo me refiero al que está cerca del estanque. Ni siquiera, por el simple hecho de haber ido al médico han llamado a Oigolue Návlag para que se digne a depositar el inicial que adeuda, a la larga, también es de su incumbencia.

Veo con mucho pesar que, las clases tomadas por libre voluntad no las valoran; no crean que doy por sentado que todo el cúmulo de mensajes es un refrito de lecciones pasadas.
Cada día estamos botando a la basura el precioso y divino tiempo que nos da la vida. 

El tío se retiró a su aposento, bastante contrariado, no por las observaciones que hizo, eran parte de la rutina; sin embargo, la visita al médico le había entristecido a más no poder. 

Desde aquella visita transcurrieron dos meses; encontrándose en el nosocomio, observaba con impaciencia el pequeño reloj con incrurstaciones de oro de 24 kilates que le obsequió su difunta esposa Htebazile Álacla, comandante de los batallones "Águilas sagradas de los planetas morados". 
Los mareos recrudecieron a tal punto que, cada cuatro veces al día pedía ayuda porque le estaban arrastrando hacia un lugar ignoto. 

El paciente entrelazaba sus dedos de continuo, su boca salivaba más de lo acostumbrado, sentía que el traje de citas estaba muy ceñido para él. Empezó por retirarse la correa, después el saco, luego se desabotonó los puños y cuello de la camisa; por último, desamarró los zapatos charol, tacón medio. 

Cada vez más rojo, llevó su mano derecha a la altura del corazón. Una punzada lo dejó sin reacción alguna.
Los pacientes que aguardaban junto a él, empezaron a murmurar: " qué hombre, cómo si tuviésemos todo el tiempo que perder". 
Se vio salir a la enfermera, muy amable les dijo: señoras y señores, por favor, se nos ha quedado un paciente dormido, continúen el orden de los asientos.

miércoles, 19 de agosto de 2020

TODO ESTABA BIEN...

 

Érase una vez, una ciudad pequeña, tan pequeña que establecía sus limites con piedrecitas ámbar; en las noches se decoloran tornándose azul.

Su población, gente versada; intelectuales trotamundos en los confines remotos del planeta Tierra, cerca al cuarto planeta morado, estaban fascinados con la llegada de Socram después de cuarenta años de ausencia.

Aruip se regocijaba de tenerlo; connotado personaje, había fijado residencia en la capital de la república democrática, una incipiente nación que no lograba consolidar la democracia absoluta en su máxima expresión.

La empresa de energía eléctrica, gestora de su venida, fue la encargada de organizar las ponencias en su honor. Al término de la misma sería homenajeado con la más alta distinción. La ponencia resultó más amena de lo que esperaban, en definitiva, Socram Xsotram se lució. Incesantes aplausos los tenía bien merecidos; sus gestos en el rostro solo tenían cabida para el éxtasis supremo.

Alguien se abrió entre la multitud del auditorio, se trataba de un hombre de facciones grotescas, quien no había sido anunciado; llevaba consigo un paquete mediano de forma rectangular envuelto en papel café.

Tomó el micrófono, después de tediosa intervención, se atrevió a cambiarle el apellido al ilustre visitante, lo llamó Socram Xsagrav; venía en representación de la alcaldesa.

Tanto malestar causó la incompetencia de aquella persona que al hijo pródigo no le quedó más que sonreír displicentemente.

¿ Existe posibilidad alguna que yo no sea conocido? se preguntaba, mientras se adentraba en una profunda depresión.

 Cuentan, en cuestión de días se murió.

Todo estaba bien, hasta que... 


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